La firma suizoperuana Choba Choba cambió las reglas del juego del sector chocolatero con su rechazo a la estandarización del sabor del chocolate y con una apuesta por un modelo cooperativo en el que los agricultores de la selva peruana son accionistas del negocio y deciden el precio del cacao. Choba Choba nació en 2015 con la voluntad firme de mejorar las condiciones de vida de los pequeños productores de cacao que, desperdigados y sin capacidad real de decisión, ocupan una posición precaria en la cadena de valor de la industria chocolatera en comparación con los comerciantes, procesadores y fabricantes.
“Fue un gran shock”, confesó el emprendedor suizo Christopher Inauen, que decidió cambiar las reglas del juego y, junto con su socio francés Eric Garner y 36 familias campesinas peruanas del sector Alto Huayabamba – Juanjuí – San Martin, fundó la primera marca suiza de chocolate cuyos agricultores son a la vez accionistas y deciden el precio del cacao. Así, Choba Choba busca revolucionar un mercado en el que, pese a que existen seis millones de pequeños agricultores de cacao, el 75 % del chocolate mundial es producido por tres multinacionales -Nestlé, Mars y Mondelez- a partir de procesos que estandarizan el sabor del mismo a través de la adición de aceites y otros productos.